Quantcast
Channel: Libros con alma / Novela Juvenil Reseñas
Viewing all 1149 articles
Browse latest View live

7º Aniversario de Libros con alma

$
0
0


¡Ya ha pasado un año más, tan rápido que ni me he dado cuenta!

Aquí estamos de nuevo, a 7 de marzo del 2017, para celebrar este 7º Aniversario del blog Libros con alma con todos vosotros. Ha sido un año de cambios en el ambiente laboral y de reajustes de lecturas, ya que no he podido dedicarle el tiempo que quería por motivos de salud, pero poco a poco vuelvo a poder pasar tiempo por aquí.



El año pasado, 2016, ha sido un año de menos lecturas que otros años, pero este 2017 espero que sea diferente, más animado y productivo.

Gracias a todos vosotros, lectores fieles, y a todas aquellas editoriales que siguen colaborando con el blog, y a todas aquellas  nuevas que se han añadido también os doy las gracias por pensar en mí para compartir vuestras novedades.


Por cierto, podéis ver las reseñas de todas las novelas aquí


Han sido un total de...


3.579 entradas
2.659 seguidores
27.608 comentarios
1.739.831 visitas


¡Gracias a tod@s por seguir conmigo un año más!



Sígueme también por mis redes sociales y suscríbete a mi canal de Youtube:


”Facebook””Twitter””Bloglovin””Goodreads””Youtube””Instagram”

Magia sombría, de Joshua Khan

$
0
0

¡Hola de nuevo!   
Os traigo notícias frescas de la Editorial Océano Gran Travesía: 

 

Ayer día 8 marzo, llegó a las librerías Magia sombría,
una novela de aventuras, gótica, oscura y llena de magia en la que Lily,
la joven heredera y única superviviente de la Casa de los Sombra,
deberá proteger su reino de la destrucción con la ayuda de Thorn, un muchacho campesino capaz de volar a lomos de un murciélago gigante.

 

 
Aunque sabemos que esta novela os encantará,
aquí os dejamos dos recomendaciones ineludibles de Rick Riordan
y Jonathan Stroud.
 
 

 

 Y si aún os queda alguna duda,
podéis leer la carta de invitación a vivir esta increíble aventura, escrita por
 Merrick, el humilde trovador del reino de Gehenna.


¿Estáis deseando empezar a devorarla?
Como siempre tenéis disponibles los primeros capítulos

 
      Seguid conectados a la lectura.

Saludos y hasta muy pronto.

Arcadia, de Iain Pears

$
0
0

ESPASA publica la novela Arcadia, de Iain Pears. Os dejo la sinopsis y portada que es lo que sabemos hasta ahora sobre el libro:




 
 Fecha de publicación: 10 marzo

  • Nº de páginas: 656 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: S.L.U. ESPASA LIBROS
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788467049602

Oxford. Década de los sesenta. El profesor Henry Lytten intenta escribir una nueva de fantasía que supere la obra de sus predecesores, J.R.R. Tolkien y C.S. Lewis Y encuentra una confidente en su vecina Rosie, una adolescente de 15 años. Un día, mientras persigue al gato del profesor, Rosie encuentra una puerta en su bodega, que le llevará a un mundo idílico, conocido como Anterworld, es una tierra bañada por el sol de los narradores, las profecías y los rituales. Pero ¿es este acaso un mundo real? ¿Y qué pasa si ella decide quedarse? Mientras se embarca en una aventura que puede llevarla de vuelta a casa, en un laboratorio, un científico rebelde está tratando de probar que el tiempo (pasado, presente y futuro) no existe, con consecuencias potencialmente devastadoras.

 
Una mezcla perfecta de Tolkien y C.S Lewis que combina la fantasía, la novela negra, el thriller político y la ciencia ficción. Pears ha trufado su historia de referencias al lector, entre otras Tolkien, C.S. Lewis, Shakespeare, Sidney, El Mago de Oz, Lewis Carroll y Alicia en el país de las maravillas, Robin Hood, La historia interminable, Agatha Christie, Huxley y Proust.

Los buscadores de libros, Jennifer Chambliss Bertman

$
0
0


 ¡Os traigo otra novedad juvenil bien fresquita!




Fecha de publicación: 10 marzo

  • Nº de páginas: 368 págs.
  • Encuadernación: Tapa dura
  • Editorial: PLANETA
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788408169185


Sinopsis:
Los libros son las fichas de este juego. ¿Te atreves a jugar?

Emily es una fan absoluta de Buscadores de Libros, un juego online que consiste en encontrar libros escondidos por todo el país. Pero el creador del juego ha sido atacado y permanece en coma, para desesperación de sus seguidores. De modo que Emily y su nuevo amigo James deciden investigar ese misterioso accidente. Descifrando las pistas de cada enigma que se les presenta, Emily y James desentrañarán un misterio sobre el juego en el que participan, y sobre los libros desaparecidos.


Algunas princesas son de plomo, de Núria Segarra

$
0
0

La Editorial Planeta publica el libro Algunas princesas son de plomo, de Núria Segarra, donde la temática es la superación de la leucemia, pero mezclándolo con la fantasía.



Fecha de publicación: 14 de marzo
  • Nº de páginas: 192 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial:PLANETA
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788408167341

El relato valiente e inspirador de una joven que se enfrenta a una grave enfermedad.

Ella, una gran contadora de historias, mezcla fantasía y realidad, para mostrarnos cómo superó una leucemia
junto a su príncipe de ojos verdes. 

Una protagonista adolescente ve sus sueños de “princesa”y su futuro truncados al contraer la enfermedad. Gracias al apoyo de su familia y de su novio, dispuesto a dejarlo todo para ayudarla, reunirá las fuerzas suficientes para seguir adelante y constatar que algunas princesas son de plomo.

Reseña: Los imaginarios, A.F.Harrold

$
0
0


Título: Los imaginarios
Autor: A.F. Harrold
Lugar de publicación: Barcelona
Editorial: Blackie Books
Año: 2017
Páginas: 225


Personajes: Amanda, Rudger, Julia
Temática: novela adolescente, terror, miedo, suspense, misterio
Localización espacio-temporal: Gales, s. XXI





Resumen:


Rudger es el mejor amigo de Amanda. Rudger no existe, pero nadie es perfecto. Solo Amanda puede ver a su amigo imaginario. Pero un día el señor Bunting llama a su puerta. Y quiere llevarse a Rudger. Algunos dicen que Bunting se alimenta de amigos imaginarios. La única solución es que Rudger huya solo. Pero ¿puede un amigo imaginario sobrevivir sin alguien que le imagine? Una historia extraordinaria sobre la pérdida, la compañía y la identidad. Para los fans de Roald Dahl y Neil Gaiman. «He tenido la suerte de descubrir de adulto el libro que me habría encantado leer de niño.» J. A. Bayona




Mi opinión:


Una de las cosas que más llama la atención de este libro, a parte de lo que narra, son las imágenes que acompañan la historia. Están llenas de vida y son parte misma de la trama, ya que de repente, y para escenificar, por ejemplo, que en una habitación se apaga la luz, las páginas se vuelven negras y con el texto en blanco. Es tan sólo una de las muchas pruebas de lo mágica que puede llegar a ser una ilustración bien hecha y que tanto nos cuenta.

Esta es una novela de misterio orientada a la edad adolescente, algo más pequeña que las novelas que estoy acostumbrada a leer, por lo tanto a los niños/as de entre 10 y 12 años les va a encantar.

Al principio da algo de miedo, incluso a mí, con 43 años, mientras la leía, ya que me llamó la atención mucho la niña fantasma que aparece algunas veces.

La novela trata el tema del abandono de los padres hacia sus hijos, a pesar de estar en la misma casa durante horas, en como pueden estar tan ocupados que no se dan cuenta de que sus hijos los necesitan. Nuestra protagonista se ve en este caso: Amanda acostumbra a jugar sola, sin amigos, y el mejor amigo que tiene no existe, es un amigo imaginario, ya que lo ha creado ella con su imaginación.

"Eso no significa que la señora Shuffleup no fuera una buena madre, ni que no estuviera dispuesta a pulsar inmediatamente "guardar" en el ordenador y sentarse a leer un libro con Amanda o jugar con ella a algún juego de mesa o ayudarla a hacer los deberes o llevarla al cine, si Amanda se lo pedía. Con todo, le gustaba que Amanda fuera de esas niñas que estaban contentas ocupándose de sus cosas. A lo mejor eso hacía que se sintiera menos culpable por tener que pasar tanto tiempo trabajando en su estudio."

Debo decir que personalmente pienso que la gente que lee y tiene una mente tan abierta y desarrollada como para vivir una vida imaginaria, me parecen geniales. Yo creo que un niño o niña con mucha imaginación siempre es más rico intelectualmente, culturalmente, y desarrolla mucho mejor sus dones. 

Rudger es ese chico imaginario que juega con Amanda, y vive dentro del armario, donde ella cuelga toda su ropa. Aparece poco a poco y se va haciendo más nítido conforme ella sigue imaginando. 




La misma temática incluso se entremezcla en sus juegos con Rudger, ya que este niño imaginario también tiene sus momentos de enfado, que reflejan lo que he estado explicando pero de distinta manera:

"Amanda lo había hecho enfadar. Lo había puesto furioso. Se suponía que era su amigo, su mejor amigo, pero ni siquiera le escuchaba. Rudger acababa de tener la experiencia más aterradora de su corta vida (...) pero a ella no le importaba en absoluto."

"Una niña fantasma imaginaria casi me secuestra y tu...Tú ni siquiera me escuchas."

"Rudger comprendió que el problema de Amanda era que no se fijaba en las cosas."



La novela hacia la mitad, nos adentra en el mundo de los libros, la literatura...escenificado en forma de biblioteca. Allí los niños con imaginación, gracias a la lectura de los cuentos y libros, pueden hacer que estos seres imaginarios sigan con vida, ya que si los olvidan ellos desaparecen.

"Estaba en una biblioteca. 
Amanda le había hablado de ellas, pero nunca había visto ninguna. Le había dicho: "Es el mejor sitio para estar cubierto un día de lluvia. Cada libro es una aventura", y a ella le encantaban las aventuras."

Rudger se ve en un momento separado de Amanda debido a un accidente, por lo que durante toda la historia se pasa los días buscándola para volver con ella. En la biblioteca conocerá a los demás seres imaginarios que le ayudarán a conseguir su meta, seguir vivo.

El libro nos habla de la vida y la muerte, de la amistad, de la familia, de los lazos tan profundos que hay entre los seres vivos y los fantasmas, aunque no creamos en ellos. Nos  habla de los miedos y del dolor de perder a aquellos que queremos con todo nuestro corazón, el miedo al olvido:

"Rudger tenía un agujero en el pecho. Un agujero donde antes tenía el corazón, o donde él imaginaba que lo tenía, o donde Amanda se había imaginado que lo tenía. Ahora estaba hueco, y resonaba como una lata vacía."




El libro me ha recordado a las historias de Tim Burton, pues las ilustraciones nos llevan a sentir esas emociones que el texto quiere transmitir. Si os fijáis bien en la parte de abajo derecha de las hojas, veréis un dibujo que va adquiriendo vida mientras vamos pasando las hojas, ha sido todo un detalle.

"Él no tenía esa chispa que tenía Amanda. No tenía la imaginación necesaria para imaginar nuevos mundos."

Nos habla también de las personas adultas que han olvidado como se sentían cuando eran niños o niñas, y como una vez lo recuerdan, pueden ser más empáticas con los sentimientos de sus hijos, pues la madre de Amanda también tendrá un amigo imaginario, esta vez un perro llamado Frigo, cuando ella era pequeña.

El papel de villano está reflejado en un personaje algo raro, un hombre de mediana edad, barrigudo y calvo, vestido con una camisa hawaiana y pantalones cortos, que lleva siempre junto a él a una niña imaginaria semejante a esas que dan tanto miedo y que salen en las películas japonesas. 

Un gato, un osito de peluche, unos cuantos gnomos...y algunos personajes más, a cuál más estrafalario, serán los compañeros de viaje de Rudger, en esa empresa tan importante como es reunirse de nuevo con su mejor amiga. 

Una historia de miedo, pero también llena de ternura y sacrificio, así como de cariño y amistad. La precaución que hay que tener frente a los desconocidos. Una novela que no vas a olvidar fácilmente. Y que seguramente, te devolverá de nuevo a tu infancia algo olvidada. Un libro recomendado tanto a niños como a adultos. Tanto si eres hijo como si eres ya padre también.

"Sí, el Sermón. Es lo que reciben todos nada más entrar por esa puerta la primera vez. Estás asustado, tienes miedo, se han olvidado de ti, has empezado a Apagarte...Y entonces, justo antes de que se te lleve el viento, encuentras una puerta mágica y, de repente, descubres que Copito de nieve te está mirando fijamente."

"Las fotografías son lo único que tenemos de algunas personas. Eso y nuestros recuerdos."


Puntuación: 5/5



Gracias a la Editorial Boolino por la galerada ;)


Reseña: Máscaras, Amy Harmon

$
0
0



Título: Máscaras
Autor: Amy Harmon
Lugar de publicación: Barcelona
Editorial: Oz Editorial
Año: 2017
Páginas: 301



Personajes: Ambrose Young, Fern Taylor
Temática: retelling, cuentos clásicos, fantasía, realidad
Localización espacio-temporal: Pensilvania, septiembre 2001




Resumen:



Máscaras cuenta la historia de una pequeña ciudad de Estados Unidos donde cinco jóvenes van a la guerra, y solo uno regresa. Es una historia de pérdida: pérdida colectiva, individual, de la belleza, de la vida, de la identidad. Y cuenta la historia de amor de una joven con un hombre roto, y el amor de ese soldado herido por una joven común y corriente. También es una historia de amistad que supera la angustia, del heroísmo que desafía las definiciones comunes y una versión moderna de La Bella y la Bestia donde descubrimos que hay un poco de belleza y una pequeña bestia en todos nosotros.



Mi opinión:


La novela juvenil podemos considerarla como un retelling del cuento clásico de La bella y la bestia, dado que la trama es similar y el fondo nos enseña a amar la belleza interior y no tan sólo la exterior, la que mostramos más fácilmente. Nos invita a ahondar en los sentimientos y a escuchar a los demás, a experimentar sus pensamientos, a llevarlos a la práctica.

"- He llegado a pensar que la belleza frena el amor - dijo el padre de Fern, meditando.
  - ¿Por qué?
  - Porque a veces nos enamoramos de un rostro y no de lo que se esconde tras él."

En nuestro interior, tal y como aprendemos con la lectura de este libro, tenemos dos lados: uno es la belleza y otro la bestia. Ambrose refleja esa belleza masculina, es famoso y popular en su instituto, todo el mundo lo respeta y lo conoce. En cambio, Fern es esa chica normalita en la que nadie se fija, tímida y soñadora. Y la historia nos introduce en la época de los atentados del 11S en EEUU, y en la Guerra de Irak donde Ambrose y sus amigos se embargan. 

"Fern era pequeña y pálida, con el pelo de un color rojo intenso y rasgos fáciles de olvidar; sabía que era la clase de chica a la que se suele pasar por alto, se ignora con facilidad y sobre la que no se fantasea. Había pasado su niñez como flotando, sin dramas ni algarabías, anclada en la conciencia plena de su propia mediocridad."



"Ambrose tenía una expresión seria, una cara más propia de la introspección que de hacer bromas. A las chicas les atraía su cara y los chicos la codiciaban en secreto. Ambrose era un chico masculino, un chico duro, y sus amigos siempre se sentían seguros cuando estaban con él, como si solo por el hecho de estar a su lado por su tamaño, porque fuera atractivo o porque, como Sansón, llevara el pelo hasta los hombros, desafiando las modas..."



La novela trata el amor verdadero, la fuerza de la amistad y también tiene un punto de moralidad, de ética, de sentimientos profundos que a menudo no mostramos a los demás quizá nunca o una sola vez en toda nuestra vida.

La nota de humor la pone Bailey, un chico en silla de ruedas, mejor amigo de Fern, el único que la acompaña siempre y la entiende. Sufre distrofia muscular de Duchenne, una enfermedad degenerativa donde te vas quedando sin fuerzas hasta perder la capacidad de caminar. 

Ambrose se ve realmente influenciado por lo que ocurre en las torres gemelas del World Trade Center en EEUU dado que su madre trabaja allí, y para superar sus miedos se dedica a las peleas de lucha libre. Rita, amiga de Fern, está loca por Ambrose y empieza a cartearse con él, pero como no sabe expresarse bien por escrito le pide a Fern que escriba las cartas por ella.

Cuando Ambrose descubre el engaño de las chicas, se enfada mucho y no quiere saber nada de Fern, la chica detrás de las cartas. 

Los textos del 1994 se van combinando con la historia más actual en el año 2001, y eso siempre me encanta en las novelas, ya que nos introduce en la infancia de los chicos, en como se conocieron y vivian la amistad ya entonces y como ha ido madurando su relación a lo largo de los años. 

Tenemos algunas referencias literarias, como la figura de Hércules que encanta a Bailey por poseer esa fuerza que él nunca ya podrá tener, o una referencia a El mago de oz en la pág. 95. También hay mucho dramatismo en la historia, así como la constancia por perseguir y lograr tus sueños, la lucha contra la injusticia. Ambrose cree que puede hacer mucho por todos esos jóvenes y niños que se quedaron sin padres en ese terrible atentado y por eso se alista en el ejército.

Nos habla también de los errores de juventud, los embarazos no deseados, las parejas rotas ya de jóvenes, los engaños y desilusiones de infancia y adolescencia. 

Vamos a tener mucho amor y romance en sus páginas, si bien algo de dramatismo siempre lo acompaña:

"Así que la besó.
Fue un beso áspero y no consentido. Él cogió su cara entre las manos y la apretó contra la puerta de la vieja furgoneta azul que conducía para llevar a Bailey. Era el tipo de chica a la que no le importaba ir a  una fiesta en una furgoneta adaptada para silla de ruedas."

También se trata el tema de las enfermedades, de lo que es estar sano y valorar todo lo que tienes:

"Ambrose era consciente de lo que significaba estar sano, ser perfecto, ser Hércules. Qué cruel debía ser caer desde la cima. La vida le había dado a Ambrose otra cara, y Fern se preguntaba si él sería capaz de aceptarlo algún día."

La historia nos habla de la aceptación de la pérdida de los seres queridos, la aceptación de uno mismo tal y como es, la falta de autoestima, la aceptación de la enfermedad y la valoración de la vida en sí misma. 

"- Bueno, no es tan difícil cuando eres pelirroja, tienes la estatura de una cría de doce años y llevas gafas y aparato en los dientes hasta el último curso."



Puntuación: 5/5


Reseña: Desayuno en Júpiter, Andrea Tomé

$
0
0




Título: Desayuno en Júpiter
Autora: Andrea Tomé
Lugar de publicación: Barcelona
Editorial: Plataforna Neo
Año: 2017
Páginas: 435



Personajes: Ofelia, Amoke, Harlon, Virginia
Temática: novela juvenil romántica, lesbianismo, amor, romance, amistad, verdad, vida, muerte, LGBT
Localización espacio-temporal: Gales, s. XXI





Resumen:

Cuando Ofelia y Amoke se conocen, sus mundos parecen completamente contradictorios. Ofelia es el caos, la apasionada por la astronomía que ha suspendido la Selectividad y que pasa su año sabático en Gales con su padre, vendiendo mermelada orgánica, y tratando de encontrar su propósito en la vida. Amoke es el orden, una solitaria y responsable estudiante de Biología que pasa todo el tiempo que no está en la universidad cuidando de su hermano y leyendo libros de Charles Darwin. Lo único que Ofelia y Amoke tienen en común son Virginia Wonnacott (una excéntrica y ermitaña novelista de noventa años), una peculiar ONG y la sensación de no tener una vida completa. Cuando Virginia Wonnacott le ofrece trabajo a Ofelia, los mundos de estas dos chicas se juntan. Mediante discusiones, libros de segunda mano, cartas y mensajes de madrugada, Ofelia y Amoke se entrelazan en un viaje para encontrar un futuro que no sabían que existía y descubrir los sentimientos de la una hacia la otra.





Mi opinión:



"NOS ENAMORAMOS DE AQUELLO QUE NOS FALTA NO PORQUE NOS SINTAMOS INCOMPLETOS, SINO PORQUE BUSCAMOS, SIN DESCANSO, UN ARGUMENTO QUE NOS PERMITA CREER QUE LA HUMANIDAD TODAVÍA MERECE LA PENA."


Me quito el sombrero ante tamaña obra literaria. No esperaba ni por un momento encontrarme con una prosa tan rica y profunda como la de Andrea Tomé en esta novela juvenil. Cuando empecé a leer ya entreveía alguna característica que me iba manteniendo enganchada en la lectura, hasta el final. No he podido dejar de leer el libro en todo el día. 

"Pienso en que me gustaría besarla y en que la constelación de Orión está reflejada en su mejilla izquierda como un tatuaje blanco. Y pienso que, si yo huelo como una señorita de Avon, ella huele a sueño y a bosque y a medianoche y a mermelada de arándanos y al latte de caramelo del Café Milano."




La historia de Ofelia y Amoke no se olvida. Te deja una huella profunda porque te hace pensar y sentir, te hace vivir, incluso en los recuerdos de una novelista como Miss Wonnacott, que también hace referencia a Virginia Woolf en numerosas ocasiones. Esta mujer escribe sobre su infancia y juventud allá por los años 40, y es Ofelia quien mediante su escritura va a publicar junto con ella la autobiografía tan interesante de esta autora de ficción, y que en su interior más íntimo guarda un gran secreto: en el fondo siempre quiso ser aviadora, pero su época y la sociedad de entonces se lo impidió.

"Yo lo veo todo -asegura, deteniéndose a observar las lápidas junto a las de Bluebell y Weasel-. Vivos y muertos. Sois vosotros los que no nos veis."




Así pues, el pasado y el presente se van entremezclando junto a las cartas y mensajes de washapps que Amoke y Ofelia se envían y mientras entablan una fuerte amistad y algo más. Viajarán a los lugares que van apareciendo en la autobiografía de Miss Wonnacott:

"Quizá es algo que podamos hacer más veces -digo mientras salimos a la luz-. Ir a los lugares que aparezcan en la biografía de Virginia Wonnacott."


Ambas trabajan de voluntarias de una asociación llamada Hiareth, y van al hospital a ayudar a morir acompañando a los enfermos. Allí conocen a esa escritora en persona, algo maniática y borde, pero que en el fondo sólo quiere contar su verdad.

"Vemos a Júpiter aparecer y desaparecer rojo en el cielo y no decimos nada de ese beso en la mejilla porque el silencio habla por las dos."

Una novela que también habla de literatura, de obras de teatro, de Shakespeare, de Jane Eyre, de las hermanas Brontë, de Jane Austen, y de todas aquellas mujeres que escribieron en una época donde los hombres escritores no dejaban que una mujer lo fuera, donde se tenía que esconder el talento femenino y donde empieza a surgir el movimiento feminista y la Liga Escarlata a la que pertenecía Miss Wonnacott. 

Una novela donde se habla de muerte y vida, de salud y enfermedad, de paz y guerra, de lucha por tus sueños, y de sueños rotos. Las dos caras de la misma moneda, luz y oscuridad, y de los que se quedan entre ambas por miedo a su propia vida o muerte, como los fantasmas

Una novela donde también veremos muchas referencias sobre cine, como por ejemplo la referencia a la película Una cara con ángel, de Audrey Hepburn, que no pienso perderme y nunca he visto.




Un libro que no se queda en su lectura sino que te da alas para tu propia búsqueda personal, para usar tu don y no rendirte hasta que seas tú misma. Un libro que me ha tocado muy dentro en un momento en que lo necesitaba mucho y de muchos cambios en mi vida.

Gracias Andrea Tomé por escribirlo. Gracias por hacerme tan feliz y consciente de lo que yo misma quiero hacer.



Puntuación: 5/5



Replica / Lyra, Lauren Oliver (Ediciones B)

$
0
0


El 24 de mayo llega a las librerías la novela juvenil "Réplica" de Lauren Oliver, gracias a Ediciones B. Si quieres ver todos los libros que nos traen en ese mismo mes, puedes hacer clic aquíy ver todo el catálogo. 

El libro es "reversible", lo que quiere decir que hay dos historias en un mismo libro...

Yo de momento he elegido este para leer y reseñar en cuanto pueda en el blog, porque me atrae de una manera difícil de explicar...



Reseña: Quinto grado en Torres de Malory, Enid Blyton

$
0
0



Título: Quinto grado en Torres de Malory
Autora: Enid Blyton
Lugar de publicación: Barcelona
Editorial: RBA
Año: 2015
Páginas: 237

Personajes: Darrell, Belinda, June, Gwen, Maureen y muchas más
Temática: novela juvenil realista
Localización espacio-temporal: Londres, 1946


Resumen:


Las alumnas preparan una obra de teatro. Cenicienta, escrita por Darrell, con Gwen (¿o será Maureen?) como Cenicienta. Siguen las clases, las riñas y las bromas en la vida ajetreada en Torres de Malory.


Mi opinión:

Era allá por los años ´80 cuando empecé por primera vez a leer novelas para adolescentes. Por aquella época la literatura juvenil no estaba tan en auge y era muy difícil encontrar lecturas que no fueran directamente para adultos. Pero entre todos esos libros, hubo una colección que me llamó especialmente la atención por sentirme muy identificada con la temática: se trataba de la colección de "Las Torres de Malory", una saga de novelas escritas por Enid Blyton. Unos libros con los que me entretenía en los largos días de verano cuando no había clases ya.

Hoy en día las cosas han cambiado mucho, y las lecturas no se parecen a las de entonces. De todas formas, no debemos menospreciar lo que una vez leímos en su momento y nos hizo adentrarnos en el mundo de la lectura a edad muy temprana. No creo que tuviera aún los 10 años, quizá 8 o por ahí...

Cuando estos libros entraron en mi casa a mí se me abrió todo un mundo de posibilidades. Aunque la lectura es de temática realista, yo me sentía muy identificada con las chicas de ese internado donde había cuatro torres y sucedían tantas cosas, similares a las que pueden suceder en cualquier colegio, sobretodo en los colegios privados donde sólo van los más adinerados, y de los cuales yo desconocía la mayoría de cosas, pues no es un lugar donde pudiera permitirme ir en aquél momento.

Las protagonistas son tantas y de carácteres tan diferentes que se me hace imposible acordarme de todos los nombres, si bien hay algunas que se mencionan más que otras como Darrell, la que siempre se encarga de vigilar y coordinar las actividades a modo de encargada de clase, Belinda a la que le encanta dibujar a sus compañeras, Gwendoline una chica totalmente repelente, June otra chica más pequeña pero muy entrometida...y muchísimas más. Todas chicas, sí, pues se trata de un internado donde solo estudian chicas. Quizá fuera ese el motivo por el que la colección de libros me llamó tanto la atención cuando empezaba a leer novelas.

Hay muchas escenas entrañables y el libro te adentra en sus vidas sin que te des cuenta, es una lectura que haces del tirón porque te engancha de una manera increíble, y eso a pesar de ser literatura juvenil clásica.


Ya vemos la diferencia con nuestros colegios españoles cuando una de ellas entra montada en su caballo en los jardines del internado:


"Bill se quedó sola en medio del camino, a lomos de un inquieto Trueno, que deseaba irse con sus compañeros: se encabritaba y corveteaba, resistiéndose a avanzar en la dirección opuesta a los demás. 

Los seis hermanos y sus caballos desaparecieron en una nube de polvo. Bill, con aire solemne, condujo a Trueno hacia los establos. No soportaba tener que separarse de los caballos de su familia, pero ahora que se había adaptado a Torres de Malory y que le permitían tener a Trueno con ella, no pensaba renunciar a su querido internado por nada del mundo."

Cuando empiezas a leer te vienen recuerdos de los primeros días en Hogwarts, de la saga Harry Potter, o cualquier primer día de nervios y curiosidad por volver a ver a tus compañeros de clase tras las vacaciones.

Me ha hecho mucha gracia cuando imitan a la repelente Gwendoline, cuando ésta se despide de sus padres y todas sus compañeras imitan sus llantos desde la ventana del internado:

"Las despedidas de Gwen eran un tradicional motivo de burla en Torres de Malory. Cada vez que su madre y su antigua institutriz, la señorita Winter, que vivía con ellos, tenían que separarse de su querida Gwen las tres lloraban a mares, se daban abrazos interminables, y prometían escribir cartas largas y frecuentes."

Pero la temática central de este quinto volumen se centra en la preparación de un musical de La Cenicienta, donde todas interpretan diversos papeles y como un gran equipo se ocupan de representarlo durante la Navidad en el internado.

En esas reuniones para repartir los cargos: diseño de vestuario, guión, canciones, composición de la obra, reparto de papeles principales y secundarios, es donde más se verá el carácter de cada una, en especial de las que quieren el papel principal de La Cenicienta, por el que varias chicas pelean por tener.

"Después de algunas discusiones y bastantes gritos, decidieron representar La Cenicienta, una pantomima que, por alguna razón, destacó notablemente sobre las demás opciones."

Una novela que no debéis perderos (aunque debéis tener en cuenta que este es el libro quinto y creo que hay seis en total). Se pueden leer por separado porque cada curso ocurren cosas diferentes, pero si queréis conocer bien a los personajes que se representan podéis empezar por el primero e ir viendo la evolución de cada una de ellas.

No os perdáis los libros de Enid Blyton porque fue una gran escritora que supo enganchar y aún lo hace hoy día, a todos sus lectores. No os dejará indiferente su lectura, y ni os daréis cuenta de cómo llegáis al final.




Por cierto, hay un vídeo muy simpático sobre esta saga de libros por si lo queréis ver...y alguna película sobre la vida de Enid Blyton, la escritora...


Puntuación: 5/5


Gracias a Boolinopor el libro, ha sido un placer recordar tan buenos momentos de mi adolescencia...



Esa luz, Noemí Sapiña

$
0
0
Bien. Aquí estoy. Esto no va a ser fácil, porque no soy dada a escribir sobre ello. Hace tiempo que me he dado cuenta que necesito hacerlo, pero no sabía cómo. 

Siempre he buscado excusas para ser quién soy. Yo misma me he cerrado las puertas, nadie me las cerraba, yo me auto-encerraba dentro de lo que yo pensaba que era una cárcel.

No había tal cárcel. Nadie me mantenía encerrada. Lo hacía yo misma.

Y todo por el miedo a la reacción de los demás al leerlo. Al hablar de mi misma por primera vez sin esconderme, sin hacer como que es un personaje o le pasa a otra persona, puedo por fin liberarme. 

Yo me había atado, encerrado, escondido… y no he permitido que mis alas desplegaran y volaran hacia lo que yo en realidad quería ser.






Cuando era pequeña le tenía miedo a todo:

- miedo al ridículo

- miedo a la soledad

- miedo a equivocarme en cualquier cosa

- miedo a que se rieran de mi por cualquier motivo por tonto que éste fuera

- miedo a las gallinas, a las aves en general (¿premonitorio?)

- miedo a los perros y a que me pudieran morder, ya que por aquél entonces no era obligado que tuvieran que ir por la calle atados, andaban sueltos por la calle, y claro, podían morderme. Porque yo pensaba que me odiaban. Normal, no me conocen. Lo normal es que me muerdan… (o no?, pero eso pensaba la niña pequeña que yo era).

-miedo a pasar por una casa abandonada…

Cuando mi hermana y yo éramos pequeñas, mi padre aún fumaba. Nos mandaba a buscar el tabaco a un estanco. El problema era que para llegar allí debíamos pasar por medio de una casa abandonada. Nosotras la llamábamos “La casa de la bruja”. No veíamos nunca a la anciana que se suponía que la habitaba y en nuestra imaginación infantil pensábamos que era una bruja que perseguía a los niños. Solíamos pasar por ahí hacia el atardecer, un poco antes de que fuera totalmente de noche, momentos antes de la cena, si mi memoria no me falla.

La recompensa era que cuando entrábamos a ese lugar donde vendían el tabaco, el dueño nos regalaba algún detallito como podría ser una pirueta o alguna chocolatina, un caramelo… y eso hacía que valiera la pena pasar ese miedo caminando frente a la casa abandonada.

Nunca llegó a pasar nada realmente serio, nada malo, nada en ninguno de esos viajes a por tabaco, y fueron unos cuantos. 

Fuimos creciendo y con la edad, a la vez, en mi interior fueron creciendo otro tipo de miedos más profundos, unos miedos a lo desconocido, a todo aquello que no podía entender con respecto al mundo de los adultos, y por ser aún una adolescente no podía entender, o en mi mente yo intentaba explicarlo de alguna manera pero que realmente no lo terminaba de entender del todo bien y terminaba por hacerse mucho más grande. 

El miedo crecía y crecía hasta el punto de no querer saber nada sobre ese tema, o no querer “disfrutarlo”, no querer experimentarlo aunque en realidad fuera una cosa buena. 

A pesar de esos miedos y de ese puzzle que poco a poco intentaba formar en mi cabeza para intentar que todo tuviera sentido, mi infancia fue muy feliz en general. Crecí en una familia muy pacífica, muy tranquila, donde las voces nunca eran una más alta que la otra, no había ni gritos ni momentos malos en general, a mi parecer. Somos cuatro hermanas y siempre nos hemos llevado bien. Todo parecía estar bien. 

Pero yo no lo estaba. No sabía el motivo, pero no estaba “tranquila”. 

Con el tiempo veía como iban pasando los años, y otro nuevo miedo crecía dentro de mí. Esta vez era algo que yo no podía tocar, ver, oler, intuir, sentir… no era algo que yo pudiera enseñar a nadie.

Sentía una soledad enorme. Estaba rodeada de compañeros en el colegio, estaba rodeada de familiares en las cenas de Navidad, había gente por la calle, demasiada a veces. Había gente los domingos en la iglesia donde yo asistía. Siempre había gente… pero ninguna de esas personas se acercaba a mí. Quizá yo era la que provocaba ese miedo en los demás, no lo sé con certeza.

¿Podría ser que mi miedo se transparentara?

Pensaba que esas personas no se acercaban a mi, a hablar conmigo a solas, porque yo les daba miedo. Pero la que tenía miedo era yo en realidad. Ni siquiera lo quería aceptar en muchos momentos y llegué a no darle importancia.

Pero los problemas no se resuelven porque miremos hacia otro lado. El problema seguía ahí dentro haciéndose fuerte. Y yo intentaba ignorarlo.

De nuevo tuvieron que pasar unos años más para identificar a qué le tenía miedo, y era algo tan simple y a la vez tan complicado como esto: 

- tenía miedo a no tener nunca una mejor amiga, o al menos una amiga, así, sin más. 

Es curioso porque yo soy una persona muy solitaria, estoy muy acostumbrada a pasar largas horas sola leyendo, escribiendo a veces, pensando, viendo alguna película, y en esos momentos yo no siento miedo a la soledad, ni mucho menos. No me asusta estar sola en un lugar, físicamente. Es más, lo disfruto muchísimo, porque me permite poder cultivar mi interior. 

Pero ese miedo era real: no tenía a nadie a quién contarle mis pensamientos, así como sucede ahora mismo, por eso los estoy escribiendo. 

En aquellos años yo tenía ya 13 años. Ese miedo había crecido tanto que se convirtió en ansiedad, aunque por aquél entonces esa enfermedad no se conocía, no se hablaba de ella, era casi desconocida en un entorno normal a nivel de calle. 

No llamaba la atención a nadie una niña llorando, los niños lloran todo el tiempo por las cosas más absurdas.

Pero una maestra sí debió darse cuenta. Llegaba la hora de la clase y faltaba yo. No entraba. Imagino que debió empezar a buscarme, esa parte yo no la viví, solo tengo vagos recuerdos de mi punto de vista. 

Yo estaba encerrada en un lavabo llorando y llorando. No podía parar. Era un llanto que no puedo explicar. No sucedía nada, al menos aparentemente. 

Llamaron a mi madre que por aquél entonces ayudaba a una maestra en otra de las clases, así que estaba cerca. Ella llamó a la puerta insistentemente y me decía: “Noemí, abre, soy la mama, te quiero…” y un montón de palabras más.

Yo estaba en shock, no podía razonar. De verdad que quería poder moverme, pero no podía. En ese lavabo empezó todo. Mi miedo había salido fuera y ya no lo podía ocultar. Otras personas se habían dado cuenta de que algo sucedía, de que aquello no era normal. Me pasaba algo raro.

Yo pensaba: "no puedo salir, por favor que se vayan todos, no puedo moverme, duele demasiado, que se callen las voces, que me dejen sola".

Curioso. Me sentía sola pero no quería que nadie se aproximara a mi, quería estarlo. Quería estar sola. Así me sentía y no entendía el porqué. 

Tenía una angustia terrible, me dolía el pecho muchísimo, no podía casi respirar. 

Yo me sentía tan enormemente mal que no quería ni abrir la puerta a mi madre, y eso que con ella siempre he tenido confianza para hablar de cualquier cosa que me sucedía. Pero esto era completamente diferente, esto no me había pasado nunca y yo no sabía qué sucedía, y mucho menos el porqué. Sólo sabía que tenía ganas de llorar y de estar sola, y no quería que nadie me encontrara.

Tardé un poco pero al final abrí la puerta. Mi madre me abrazó y me dijo si yo sabía que ella me quería. Yo le dije que sí, supongo, no lo recuerdo bien. Pero para mí no bastaba. No me sentía completa.

Con el tiempo fui entendiendo lo que me pasaba, o mejor dicho, la etiqueta o nombre que un psicólogo infantil le puso a lo que me pasaba. Tenía ansiedad.

Yo en aquella consulta no sabía ni lo que hacía. Intentaba entender quién era ese hombre al que nunca había visto y porqué me hablaba así de esa manera tan pausada y tan bajito, con esa voz tan tranquila y un tono suave como si me fuera a romper en cualquier momento.

Era, a ojos de ese extraño, como una copa de cristal que en cualquier momento se puede caer y romper en mil pedazos. Así actuaba conmigo.

Y es que quizá era eso en realidad lo que estaba pasando conmigo. Me estaba rompiendo en mil trozos pequeñitos y no había manera de recomponerme. Al menos, no era posible con mis propias fuerzas, ni tan siquiera parecía que lo que el hombre decía tuviera sentido. No para una adolescente que no entiende nada del mundo adulto.

El psicólogo le aconsejó a mi madre que me llevara a lugares donde hubiera más niños y niñas de mi edad, algo así como campamentos, colonias, cumpleaños, fiestas, esplais… donde poder relacionarme con alguien más a parte de con mi propia familia.

Pero yo eso ya lo había vivido. No había funcionado. 

Yo me preguntaba porqué nadie había contado conmigo a la hora de llevarme a un sitio lleno de “gente” que no conocía de nada. ¿Porqué pensaba ese hombre que yo iba a estar mejor, a sentirme menos sola si estaba rodeada de otras personas?. Esas personas siempre me habían rehuido. Por lo que sea. Aún hoy, esta misma mañana que he estado en un cursillo de trabajo, ha sucedido. ¿Porqué iba a ser diferente?. 

Sigue sucediendo. La gente sigue rehuyéndome. Y no sé el porqué.

Como ya debéis suponer, eso no me ayudó en nada. Quizá tuvo el efecto contrario más bien, pues el hecho de estar mucho tiempo rodeada de otras personas a las que no conocía de nada todavía agravaba más mi sentimiento de soledad, pues uno de mis problemas era precisamente que me costaba entablar conversación con personas cuando había mucha gente alrededor. 

Yo soy más de hablar a solas con una sola persona, y hablar de lo que sea, soy capaz de contarle mi vida entera según cojo confianza, pero poco a poco y sin espectadores. Y si podía ser, en un lugar tranquilo, sin ruidos.

Ese es otro problema. El ruido. 

Hasta hace unos pocos años, ya pasada la cuarentena, no he descubierto que soy hipersensible al ruido. Normal que me pusiera a llorar cuando entraba al colegio con todos esos niños corriendo, dando pisotones y patadas a diestro y siniestro, chillando… 

Mi abuelo me contó una vez que yo me tapaba los oídos durante todo el trayecto desde casa al colegio. Supongo que él pensaba que era porque hacía viento o frío. Yo ahora que lo recuerdo sé que no era ese el motivo.

Y ahí estaba yo. En el colegio. Pequeña como un corderito, flacucha porque nunca fui de comer mucho. Ante una jauría de lobos hambrientos. Sí, eso es lo que yo sentía. 

De echo me daba miedo salir al patio porque siempre terminaban dándome con la pelota de fútbol, o me daban patadas o lo que fuera si intentaba ir de un lugar del patio al otro. Siempre estaban jugando a fútbol. Con mucho ruido, muchos gritos, muchas risas, muchos círculos de niños y niñas riéndose a todo volumen. 

Y yo. En medio.

Recuerdo que para pasar de un lugar del patio al lado contrario, me agarraba a la pared e iba caminando sin despegarme nunca, con las dos manos y agachando la cabeza. Aún así siempre llegaba a casa con algún chichón.

Lo peor era el día que había excursión. Sí, para mí era lo peor. Prefería las clases donde había silencio y todos escuchaban al profesor, ahí no chillaban ni me sentía tan desprotegida.

Cuando había excursión yo le pedía a mis padres que por favor no me obligaran a ir. Sobretodo porque no tenía con quién. Quizá recordéis de pequeños que se suele ir en pareja para que los niños no se pierdan, o agarrados a una cuerda. 

Yo no tenía esa mano amiga al otro lado. Iba sola. Detrás de algunas parejas de niñas, y delante de otras parejas de niños. Imagino que era la profesora quién terminaba cogiendo mi mano. Nadie más lo hacía.

Yo estaba tan asustada que no me atrevía a acercarme a nadie. Me sentía abandonada, desprotegida.

Siempre estaré agradecida a mis padres en esos días porque no me obligaban a ir. Al menos yo recuerdo viajes de fin de curso a los que nunca fui, y excursiones a las que iban los demás y de las que yo, por lo que fuera, me libraba. Quizá mis padres no le dieran importancia a que no fuera, por suerte para mí.

Tampoco iba a las fiestas de cumpleaños, y cuando era el mío lo celebraba siempre en familia, protegida, con mis padres, hermanas, abuelos y quizá primos y tíos alguna vez. 

Cuando no haces caso de un problema y siempre impides acercarte a él o encontrarte en esa situación, cuando lo evades y miras hacia otro lado, no se soluciona. El problema va contigo. 

El miedo que al principio no era tan grande, se fue transformando en un miedo irracional a que las personas me hicieran algo si me acercaba, ya fuera reírse de mí o pegarme o qué sé yo. Tenía mucho miedo en especial a los grupos de adolescentes. Antes porque los veía mayores que yo, después porque seguí viéndolos así en mi mente, aunque yo tuviera ya 40 años. 

Ya de adulta yo salía a comprar sólo cuando era mediodía y la mayoría de personas está comiendo, para evitar que nadie me viera por la calle, para no cruzarme con grupos de adolescentes, y también para no tener que sufrir largas colas en el supermercado.

Iba al trabajo con miedo. 

Para variar, sí, otra vez el miedo irracional a todo. 

Con el tiempo y conforme he ido reflexionando sobre ello me he dado cuenta de que tenía una imagen muy distorsionada de la realidad, pues mirando hacia atrás no logro encontrar el verdadero motivo de ese miedo a relacionarme con los demás.

Lo curioso de todo el asunto es que yo era una niña muy alegre y extrovertida, me encantaba hablar y reír, explicaba todo lo que sucedía en mi día a día a mis padres y mis hermanas, no parecía ser una persona tímida en absoluto. Yo nunca me hubiera definido así.

Recuerdo que cuando nos visitaban mis tías o abuelos yo iba corriendo a sus brazos, a diferencia de mi hermana que empezaba a llorar y llorar sin parar y se escondía tras la falda de mi madre. Ella sí era tímida y sólo asomaba su cabecita cuando ya se habían ido. Yo no era así de cara a los demás, yo no era tímida, sino una chica dicharachera que no paraba de hablar y reír, al menos con mis familiares.

Ese estado de ansiedad y miedo se ha agravado con los años, pues ya no hay nadie que pueda en cierta manera “obligarme” a relacionarme con otras personas que pueda considerar como extraños o desconocidos.

Así he llegado a la edad adulta. 

De joven sólo contaba con la compañía de mi novio a los 16 años y con mi familia, y sin ninguna experiencia de lo que era tener una amiga o amigo. Nada de nada. Cero absoluto. 

Pero mi primer novio me demostró que no me quería. Yo tardé en darme cuenta pero al final lo vi. Y yo corté con él porque él nunca se atrevió a decírmelo. Fue un cobarde. De hecho en mi mente siempre me decía que él me había abandonado, que era él quién me había dejado, quizá para auto convencerme de que yo no podía hacer nada contra eso. Pero lo que en realidad había pasado es que yo había sido valiente, y aún queriéndolo, había dado el paso de dejarlo. 

Estuve un año teniendo pesadillas. Estaba estudiando COU por aquél entonces, y tenía la selectividad encima. Todo eran presiones y me daba por reír y llorar de manera indistinta, sin motivo. Tenía muchos nervios. Todo eso lo pasé sola, sin amigos, pero lo pasé. De nuevo, sin yo haberlo sentido así, fui valiente. Aprobé todas las asignaturas aún siendo el año en que había cortado con mi novio y todo se había derrumbado en mi interior. 

Siempre digo que en aquél momento lo poco que quedaba dentro de mí de entereza, se rompió para siempre. Yo nunca me volví a sentir entera, feliz, como lo había sido antes aunque no tuviera amigos. Ya no podía confiar en nadie, pues la persona a la que yo le había abierto por fin mi corazón, no me quería en realidad.

Pero… llegó la Universidad. Y todo cambió. El primer día dirigí mis pasos por ese pasillo que en aquél momento estaba vacío, pues yo siempre llegaba pronto a los sitios por el miedo a llegar tarde. Me acerqué a leer el cartel del aula que iba a ser mi clase durante tres años. 

No sé porqué de repente las cosas fueron totalmente distintas. Un chico se acercó a mí y me preguntó alguna tontería. Luego vino otro y otro y otro y poco a poco fuimos un grupo. Todo chicos y yo, la única chica. Luego se añadió otra chica a ese mismo grupo. Lo pasábamos muy bien como compañeros, incluso íbamos juntos en el trayecto de vuelta a casa, en el metro. Pero claro, luego yo debía seguir sola hasta mi pueblo, pues vivía más lejos que los demás.

Nunca he sabido qué hubo de diferente en mí, que vio aquél compañero que se acercó que no le diera miedo de mí, pues yo  tenía muy claro que la gente no se me acercaba porque veían algo raro en mí, aunque no supiera bien qué era eso. Y lógicamente los otros chicos también se habían acercado, luego tampoco me tenían miedo ni me veían rara.

Pero bueno, ese grupo de compañeros no pasó de ahí, nunca fuimos tampoco realmente amigos, simplemente íbamos a la misma clase, nos sentábamos juntos, hacíamos los trabajos juntos pero nada más. Aunque yo era tan feliz de que eso sucediera que me daba igual que no habláramos de otras cosas y solo los pudiera ver en clase, para mí era más que suficiente. Iba todos los días contenta a la Universidad. Me sentía especial porque parecía que no era tan rara como había creído antes.

No sabía lo que era tomar un helado en una heladería al lado de una amiga, o ir a hacer deberes a casa de un amigo. Nunca lo había hecho y nunca lo hice de adulta.

Me fui obsesionando con la idea de conseguir una amiga, y no una cualquiera, una mejor amiga especial, una que no me abandonara, que me quisiera como yo era. Centraba todos mis esfuerzos en conseguirlo, pero como ya podréis suponer, eso tampoco funcionó. 

Seguí y seguí buscando, sin encontrar. 

Ahora que reflexiono sobre el tema me debí perder muchos años del presente por pensar en ese futuro ideal que nunca llegaba. Quizá dejé de conocer a personas que sí hubieran valido la pena y no me daba cuenta. Yo no quería conocer a nadie de manera superficial, no me bastaba con que fueran conocidos. Quería compartir mis momentos de vida con esa amiga. Quería a toda costa una. Tenía derecho, todas las otras chicas las tenían, ¿porqué yo no? ¿porqué era tan difícil?. 

El problema era que como más empeño ponía yo en esa búsqueda, más difícil era encontrarla. 

Así fueron pasando años y años de mi vida, en los que no reparaba en nadie, no daba oportunidad a nadie a acercarse a mí porque no eran suficiente, no eran “esa amiga verdadera“, o al menos no lo que yo entendía por amistad.

Si la amistad verdadera y real existía, yo quería tenerla.

En cierta manera, yo estaba idealizando de nuevo esa situación. Otra vez distorsionaba la realidad tanto que llegó a ser ficción, pues era casi imposible que nadie reuniera esas condiciones que yo requería de otra persona para ser mi amiga. Yo misma hice eso totalmente imposible, pues nadie es perfecto. La gente te falla.

Todos fallamos a los demás. Estaría bien darnos cuenta de eso. No hay nadie perfecto.

Me había hundido en mi propia búsqueda, como quién se cae a un pozo profundo y no logra salir de ahí. Como un ratón en una jaula dando vueltas y vueltas sin llegar a ningún sitio, como en un bucle.

Durante mucho tiempo ese camino de búsqueda de amigos y amigas estuvo lleno de decepciones, una tras otra. Si lograba abrirme un poquito, me pisoteaban una y otra vez, y yo me volvía a encerrar en mi caparazón.

No asomaba la cabeza ni para respirar. El miedo se hacía grande de nuevo y creaba una dura capa de hormigón alrededor mío.

Un nuevo miedo asomó en mi edad adulta, años antes de casarme. Ese miedo no lo puedo contar, al menos no hoy. Pero ha afectado a mi matrimonio durante más de veinte años. Todo por miedo. Porque nunca tuve verdaderas ganas de volver a salir del caparazón. No volví a ser valiente. Era demasiado difícil para mí.

Durante muchos años he seguido teniendo miedo. En el trabajo, a los compañeros, jefes, vecinos… daba igual. A todos. 

Un día llegué al tope de mi miedo. 

Tenía pánico. Por primera vez y por un motivo real. 

A mi marido le diagnosticaron una enfermedad grave, y otra y otra… creo que nunca me enfrenté realmente a ello, y estuve aguantando el miedo sin dejarlo salir.

Esa vez mi marido había estado en el hospital a punto de morir. No podía respirar, tenía los pulmones encharcados de agua, el corazón no le latía con la mínima intensidad que se requiere para la vida. Pero logró seguir respirando.

Llegamos a casa por la noche. Al estirarme en la cama entré en pánico. Recuerdo que no podía ni hablar, no podía respirar, tenía muchísimo miedo a perderle.

Yo me había sentido más o menos segura a su lado, su sonrisa y su positividad cuando lo conocí me habían dado mucha fuerza para volver a ser yo de nuevo, poco a poco pero volvía a ser feliz. Pero al sentir que le perdía para siempre, no pude más.

Entonces sucedió.

Sucedió esa cosa extraña en la que yo no creía. Tuve una especie de visión. 

Durante lo que debieron ser unos segundos, quizá ni siquiera un minuto, vi una escalera.





Miré hacia arriba, yo estaba abajo de las escaleras, como en un pozo profundo. Una sombra apareció, yo no podía ver su rostro. Se acercó un poco y desde allá arriba, con una luz blanca y potente detrás, me dijo: “Tranquila, yo estoy contigo“.

Automáticamente una paz me inundó. Es imposible poder transmitir lo que esa paz me hizo sentir porque os aseguro que en este mundo no existe esa luz tan blanca y azul, tan pura y que dé tanta paz, al menos nada que podamos ver.

Supe que ese ser, esa persona, era Jesús. El Hijo de Dios. Y lo supe sin lugar a dudas. 

Desde pequeña he ido a la iglesia y he oído hablar de él. Mi familia también es cristiana, mi marido y su familia también, aunque ellos lo conocieron más en su edad adulta. Pero mi visión de ese Dios era como si fuera una especie de general que nos vigila y nos castiga si hacemos algo mal. No conocía cómo era realmente. No conocía de su amor, de su protección, no había aceptado que era mi Padre, que eso era real, que su amor era de verdad y que Él nunca me había engañado.

Las personas me habían decepcionado, no tenía amigos ni amigas, pero os aseguro que ese amigo es de verdad, esa amistad verdadera que tanto había buscado había estado siempre a mi lado, cuidándome, sin yo aceptarlo del todo aunque sí lo sabía de manera racional. Pero no lo había interiorizado.

La mañana siguiente a esa visión fue el día más extraño de mi vida. 

Ya no tenía miedo. No existía la ansiedad, se había ido para siempre.

Los problemas, y esta vez sí eran graves, seguían existiendo, pero la ansiedad no. Mi marido seguía y sigue enfermo, pero yo ya no tengo miedo. 

Siempre he sabido donde vamos cuando morimos. La muerte, curiosamente, nunca me ha dado miedo, porque siempre he tenido claro donde voy, y de donde vengo. Soy su hija, Dios es mi Padre, y lo ha sido y será siempre, también después de la muerte física. 

No puedo tener miedo a la muerte si sé lo que hay detrás. El abrazo de mi Padre para toda la eternidad. No hay enfermedades, ni dolor, ni pecado, ni nadie hace daño a otro. No hay miedos, ni guerras. No hay envidias, ni celos, ni ira.

Allí solo hay paz. 

Mi médico de cabecera me dijo que la ansiedad volvería, que iba por épocas, que aunque yo ahora notaba que no estaba, ésta volvería. 

Yo sabía que eso no era cierto, porque toda mi vida había vivido con miedo, con ansiedad, y por primera vez ya no estaba ahí. Esa maleta llena de piedras no estaba. Iba sola, era libre.

Y así sigo. Soy libre. Se ha ido para siempre. 

Desde ese día no puedo decir que no haya habido problemas. Claro que los hay, de hecho aún hay más gente, y esta vez de verdad, que quiere intentar hacerme daño. Sobre todo en el trabajo. Los jefes quieren que me vaya porque no soy de su partido político, y porque piensan que los quiero denunciar. A saber porqué, pero lo piensan. Y creen que yo algún día les voy a hacer algo porque alguna vez sufrí bullying y tienen miedo de que yo les denuncie.

Pero a mí la empresa no me ha hecho nada. Si acaso algunas personas, algunos jefes y compañeros. Pero ahora son ellos los que tienen miedo. De mí. Miedo a que les denuncie, a que simplemente se lo cuente a alguien. 

Pero ya no necesito hacer eso. Si quiero lo digo sin problemas, pero ya no tengo esa necesidad, porque ya no tengo miedo.

Yo veo ese miedo a diario en sus caras, veo esa ansiedad y estrés, veo el llanto y las depresiones. Las identifico en seguida… ¿cómo no hacerlo cuando he pasado la mayor parte de mi vida con eso dentro?.

Tengo paz. El miedo se ha ido para siempre. Ojalá algún día tú puedas sentirlo también. No hay nada que desee más en esta vida que ver a los demás felices. 

Sin miedo. Con paz. De la buena. 

Seguramente habré roto todos los esquemas predefinidos de lo que es una buena narración, una narración correcta. Pero es cierta, toda ella. Y eso importa.




Hoy es día 13, Noemí Sapiña ("Por 13 razones" / "13 reasons why", Jay Asher)

$
0
0
Hola de nuevo.

Curiosamente hoy es día 13 de mayo de 2017. No importa el mes ni el año, pero sí el día.

El número 13 es en muchas culturas símbolo de mala suerte, como por ejemplo, aquí en España lo es el martes 13. En EEUU el viernes 13 sería el equivalente a ese día de mala suerte. Incluso hay películas de terror tituladas así, “Viernes 13”.

Pero esta vez el 13 para mí no ha sido de mala suerte. Hace ya algunos años que leí el libroPor 13 razones, de Jay Asher.

Recuerdo haberlo leído en su momento, cuando se publicó en español, pero desgraciadamente pasó sin pena ni gloria por mis lecturas. Cuando lees tanto y muchas novelas juveniles de temática similar, no reparas en ninguna en particular. Incluso te llega a saturar, y por esa razón ni te fijas en lo importante. En su momento, yo no lo hice, me gustó, durante un tiempo me hizo pensar, y luego la olvidé, como hacen los compañeros de Hannah Baker con ella.



                               
Cuando leemos un libro o vemos una serie como esta, sin duda algo nos tiene que dejar “tocados”. Lo que a mi me preocupa no es eso, que sería hasta cierto punto normal, sino el hecho de que después, en unos días, olvidamos todo. No cambiamos nada en nuestra vida, no actuamos diferente, nada nos mueve a actuar.

Hace un año más o menos me pasó algo en mi trabajo. Yo llevaba muchos años aguantando una situación, una persona me gritaba, un superior podríamos decir, y yo no decía nada. Incluso lo veía normal. No le di importancia ni siquiera cuando eso me pasaba a mi. Pasó el tiempo hasta que dije basta. Puse fin a esa situación, lo expliqué entre llantos en el despacho de recursos humanos. 

¿Recordáis en la serie 13 reasons why, cuando Hannah intenta explicar que se siente muy mal y quiere poner fin a su vida y no le hacen caso?. Me sentí así después de salir del despacho. Yo no me quería quitar la vida ni nada parecido, pero era un caso similar, ¡qué diantres!, era maltrato verbal y psicológico y a nadie le importó. O eso creía yo.

Yo volví a mi puesto de trabajo normal, como cada día, y ese hombre seguía ahí haciendo lo mismo pero con otras personas. Un día vino el encargado de recursos humanos junto a uno de mis otros jefes, un regidor. Vinieron a hablar conmigo. Me sentaron en una mesa y pensé que iban a echarme la bronca por algo, es lo primero que piensas. Eran dos hombres, no me sentía del todo segura.

Pero ahí no termina la cosa. Ellos sabían perfectamente el problema que yo había tenido con ese superior que me gritaba. 

Pues ahí estaba ese hombre de nuevo, en esa reunión, frente a mí, sentado. Ahí no supe qué pasaba, pero tenía miedo. Ellos estaban ahí sentados como si nada, con ese hombre frente a mí, que recuerdo perfectamente que no levantaba los ojos de la mesa y miraba hacia abajo avergonzado. Ahora eran tres hombres y yo.

Yo los miraba, en especial a mi regidor, pensando: ¿porqué lo habéis traído?¿porqué tengo que aguantar esto?¿porqué tenéis que hacer la reunión o venir a hablar conmigo con él delante?.

En ese momento yo no sabía qué pasaba, más tarde me enteré que debían seguir alguna especie de protocolo anti bullying, al menos eso me gustaría pensar.

Pero ¿qué manera es esa, dejando a la víctima frente al acosador en una sala con otros dos hombres…?. Ojalá al menos algún psicólogo o alguien competente les hubiera aconsejado que eso es lo peor que puedes hacer, no puedes dejar a la víctima con el acosador, ¿a quién se le ocurre?.

Pues ellos lo veían normal. Mejor dicho, ni lo veían, ni siquiera debían pensar en ello. Pero él sí, él estaba avergonzado, luego sabía lo que había hecho. Yo también sabía lo que él había hecho. Los dos lo sabíamos y por tanto, no veíamos normal esa situación.

Como sucede tantas y tantas veces, lo único que pasó es que me comunicaron que me cambiaban de sitio. Yo tengo plaza en ese lugar, soy fija. Pues bien, me cambiaban a mí. No a él, al agresor. No. A mí, a la víctima.

Inocentemente pensaba que al menos me sacaban de ahí para “protegerme”. ¡Qué ilusa!. No me protegían a mí, le protegían a él. Así nadie más se enteraría de lo que hacía, si yo salía de en medio nadie se daría cuenta de nada. ¿Recordáis el director del instituto donde estudiaba Hannah? ¿Y a los profesores, que no hicieron nada tampoco?

Yo en ese momento no supe nada, seguía pensando que me separaban de él para que no me hiciera daño. Ja. Ja. Ja ja ja…

Cuando me trasladaron, me pusieron en un lugar con otras dos compañeras. Esta vez mujeres. Y yo pensé: estoy a salvo, son mujeres, menos mal. 

Una de ellas era muy simpática, la otra todo lo contrario. Yo pensé ¡qué importa!, si no habla, mejor para mi, no me molestará. 

Estaba equivocada, ella era el peligro. 

Es una persona que gota a gota va minando tus energías hasta que ya no sientes nada y todo te da igual, permites su maltrato silencioso porque nadie se va a dar cuenta y porque no lo puedes demostrar. ¿Cómo hacerlo si no es una persona que grite, o te pegue o nada visible que otros puedan ver?.

Estuve tres años de mi vida con ella, y de echo sigo, si bien ahora ayudo a la otra compañera y no a ella aunque esté sentada a mi lado.

Me tuvo esos tres años quitando grapas y clips de los folios. Al principio, como es un archivo, hasta piensas que es normal. Hay que proteger los documentos de esas cosas que corrompen el papel, incluso me gustaba hacerlo. También me enviaba a eliminar papel, hay que destruir documentos repetidos por razones de espacio y caducidad de los expedientes. Hay cosas que deben eliminarse por ley. Hasta ahí todo bien.

Día tras día empezaban a dolerme las manos de tanto desgrapar, pues eran ocho horas diarias haciendo lo mismo. Incluso me torcí el dedo pequeño. Fui a la mutua laboral, me hicieron radiografías y me mandaron unas pastillas. No funcionó y mi dedo sigue torcido. Decidí no darle importancia, me pasaban cosas peores que eso. Las cervicales se me destrozaron, el cuello se me quedó recto al estar tantas horas agachada sobre la mesa hasta el punto de que se me desgastó por dentro el hueso y eso va haciendo que poco a poco no pueda mover el cuello ni los hombros. 

Había ido a médicos, muchos meses estuve mareada y parecía que eso era normal cuando tienes las cervicales mal. Mi médico de cabecera decía que era normal, el de la mutua quería acabar cuanto antes y me dio el alta así, como estaba, sin curar. Me enviaron al tribunal médico en Barcelona que me obligó a volver al trabajo. 

Y volví.

Nada había cambiado, yo seguía mareada y trabajando en el mismo lugar, haciendo la misma cosa. Nadie me ayudó con eso. 

Hasta que no sé porqué, alguien me aconsejó ir a un masajista. Yo ni lo había pensado porque creía que eso tampoco solucionaría nada, ya que era algo interno de desgaste de huesos, hernia discal y todo eso. La fisioterapeuta que me tocó es una chica genial, incluso valdría para psicóloga porque te escucha y pregunta cosas para hacerte sentir mejor.

En una sola sesión me quitó el mareo, tal cual. En una hora no me mareaba,  había estado cinco meses con varios médicos y nadie me había dicho que con un masaje de un fisioterapeuta podía quitarme ese mareo al menos. Pero lo hizo.

Tras esa sesión hubieron otras y me relajaba la espalda si bien tampoco solucionaba el problema porque yo seguía haciendo el mismo trabajo que era el que me provocaba el mareo y dolor de cervicales. Seguía todo igual.

Un día mi cuñada me hizo pensar. Me dijo que esa realidad yo la podía cambiar, que no tenía porqué ser una víctima, que podía hacerle frente. La verdad, no creía que eso fuera posible, ¿qué iba a hacer? La chica era mi superiora, una vez más, una jefa igual que aquél jefe que me gritaba. 

El que piense que un jefe debe gritar al trabajador y que eso es lo normal, desde ya le digo que no, que se puede trabajar sin gritos y que nadie tiene porqué aguantar eso.

Se puede vivir sin acoso.Se puede vivir sin gritos y sin maltrato. No hay mucha ayuda por parte de los demás, todos miran hacia otro lado, pero sí la hay por parte de ti misma. Yo era la que sí podía cambiar mi actitud y hacerle frente, los demás eran así de “enfermos” o malos, no podía cambiar eso, no podía cambiarlos a ellos.

Decidí de nuevo decir basta. No le dije a ningún jefe nada ni tampoco a recursos humanos, ya que ellos me habían quitado de en medio en una ocasión e iban a hacer lo mismo sin problemas, de echo me dijeron: "debes hacer lo que tu jefa te diga". Así, sin más. 

Mi fisioterapeuta me dijo que no tenía porqué aguantar eso. Que si cambiaba de actividad laboral el dolor pararía, y eso hice. Aproveché que mi otra compañera necesitaba una ayudante, ella misma me propuso trabajar para ella en lugar de para la otra, y en recursos humanos le hicieron caso y me dijeron que ahora tendría dos jefas, la “maltratadora” (aunque no la llamaban así, claro) y la que me ayudaba.

Yo acepté, porque sabía que yo misma había dicho basta y no iba a manipularme más. No puedo deciros que ella haya parado, sigue intentando hacerme daño, pero ya no puede. Y no será por no intentarlo. Sus tácticas van cambiando pero ya no funcionan porque no se lo permito. 

Yo ahora estoy bien, aunque tenga que aguantarla sentada a mi lado cada día 8 horas, ya no tiene poder sobre mí, yo he decidido que no lo tenga. 

Al final parece que sí hubo ayuda, tanto por parte de mi fisioterapeuta, como por parte de mi cuñada que me había dicho que yo podía cambiar eso, como por parte de esa otra compañera que me ayudó a cambiar de actividades laborales, y así dejó de dolerme. Tuve suerte en eso.

A veces la ayuda no viene de quien te imaginas o de quién está más cerca o sientes más tu compañero o amigo o lo que sea. A veces la ayuda es una frase que te hace reaccionar. Yo he dejado de ser acosada porque ya no lo permito. Pero sigo viendo a mi alrededor otros compañeros siendo acosados, diariamente.

Sí, como sucede con los estudiantes del instituto de Hannah Baker, de los que habla en el libro. En el trabajo eso también sucede, porque las personas no cambian, siguen siendo malas cuando son adultas si no cambian su manera de ver la vida. Ellas sufren y quieren que tú también sufras, no quieren verte feliz si ellos no lo son.



Hannah no encontró esa ayuda, esa frase que la frenara de hacer lo que hizo, y se suicidó. Para ella ya es tarde, así como para otras tantas personas. 

Si habéis leído el libro o visto la serie, recordaréis a ese estudiante que hace fotos por todo el instituto para publicarlas en la revista escolar. Él también fue acosado todos los días. Pero su manera de reaccionar fue otra bien distinta. Él no se quitó la vida. Él está preparando su venganza.

Os digo desde ya que la venganza tampoco soluciona nada, no te quita ese sentimiento de odio hacia los que te han hecho daño, tú sigues odiándoles, y ellos siguen teniendo ese poder sobre ti. Incluso hacen que tú hagas algo peor que ellos, que los hieras o asustes o mates, incluso.

Respecto a la serie, quieren hacer una segunda temporada, donde ese chico se venga de todos sus compañeros. También otros capítulos, que estarán dedicados a cada uno de sus compañeros y sus propias vivencias. No me parece mal que la hagan, siempre y cuando eso sirva para concienciar sobre el problema del bullying y poner alguna solución, actuar contra eso de la forma más adecuada.




¿Y vosotros?¿Pensáis que servirá para algo esa segunda temporada o que pasará sin pena ni gloria y volveremos a olvidarlo todo?¿Debería terminar ahí, igual que el libro que la originó?

Creo que una historia nunca tiene un final. La vida nos enseña que todo puede ser peor, o mejor, según el punto de vista de quién mira.

¿Seguirás mirando hacia otro lado?



El médico dice que tengo...

$
0
0

AVISO:


Hola, en esta entrada me voy un poco de un tema a otro pero es que estoy algo dispersa y no puedo hilar una narración coherente, sorryyyyyyyyyyyyy, tal como está mi cabeza así está la entrada...pero os pondré un número para separar los temas y que no os estalle la mente como a mí...







1.Hace unos días puse un vídeo en Youtube muy cutre que dura 3 segundos con el hashtag #thecruelty dentro de la imagen del vídeo, para preguntaros algo (expresamente, tranquilos que pronto lo borraré del canal):


En el vídeo no hablo ni digo nada, pero en la descripción puse esto:

"¿Quieres saber algo sobre este libro? Dale a like si quieres que te cuente algo en el siguiente vídeo..."

No recuerdo si ese día había algún like, que yo recuerde ni uno. Hoy cuando lo he mirado tampoco es que haya mucho más, 4 likes y 2 dislikes.

Pues bien, eso tenía un motivo, pero como cuando intento hacer algo así original nadie me entiende o simplemente la gente pasa o no sé crear misterio o no estoy inspirada o yo qué sé cuantos motivos.... yo también he pasado de seguir insistiendo, porque, para ser sincera, no tenía ni ganas, ni soy profesional de la comunicación, para qué nos vamos a engañar. 

Quería preparar algo especial sobre este libro, hacer alguna semana temática (no sé porqué si aún no lo he leído aunque tenía ganas de hacerlo, y algo me llamaba poderosamente la atención así que me había empeñado en preparar algo bueno sobre el mismo, estoy así de loca, quizá un sorteo con preguntas, algún club de lectura para comentarlo o como se diga, ya ni recuerdo el nombre que se le da a un grupo de gente que lee el mismo libro y luego lo comenta, fijaos si hace tiempo que no leo casi nada ni me puedo concentrar...).


2. NO tengo presupuesto para mantener este blog literario (yo pago el dominio de la web, a ver, que tampoco es tanto dinero pero es que hasta eso se me hace mucho hoy día), ni las compras de libros para hacer book hauls, ni tengo ayuda de ningún tipo para el canal de Youtube ni nothing de nothing...(ni económica ni sobre temas de seo o marketing digital o como se llame la chorrada esa)

Así que bueno, 
hago lo que puedo, cuando puedo y quiero.






3. Aún así el gusto por la lectura sigue ahí, en algún rincón escondido de mi corazón que se resiste a salir de nuevo, vete tú a saber porqué. 




También sigue ahí mi curiosidad literaria y ansias por conocer las novedades o descubrir por arte de magia algún libro juvenil que merezca la pena leer de verdad, que tenga gancho, que me llene...esas cosillas tan fantásticas que te suceden cuando un libro te gusta y de verdad es bueno.




4. Pues bien, todavía no he empezado a leer este libro que menciono en el punto 1 de la entrada, aunque me atrae muchísimo y cuando termine mi actual lectura seguro que el siguiente va a ser este, ya que lo tengo por casa de hace unos días también. 

Peeeeeeeeeero quería que viérais esto al menos para ir abriendo boca...
así que os dejo con el booktrailer del libro "The Cruelty", de Scott Bergstrom, en dos versiones para que las podáis comparar...



Versión alemana:




Versión americana:






Y esta entrada continuará...o no...







The cruelty. Voy a por tí, Scott Bergstrom

$
0
0






Título: The cruelty. Voy a por tí
Autor: Scott Bergstrom
Lugar de publicación: Barcelona
Editorial: Penguin Random House
Año: 2017



Personajes: Gwendolyn, Terrance, Bela
Temática: thriller juvenil, romance
Localización espacio-temporal: Los Ángeles, s. XXI



Resumen oficial:


"Un thriller tenebroso, adictivo y muy interesante. No podrás soltarlo.El único modo de sobrevivir es ser tan cruel como tus enemigos. 

Gwen siempre ha estado sola. Hija de un diplomático, se ha pasado la vida cambiando de país, de escuela y de amigos. Pero hasta que su padre desaparece de la noche a la mañana y el gobierno se niega a ayudarla, Gwen no se da cuenta de lo que significa estar realmente sola.Con una nueva identidad y siguiendo la única pista que tiene, viaja por toda Europa adentrándose en el mundo del tráfico de armas y personas hasta llegar al corazón de la familia criminal más temida y peligrosa del mundo. Gwen descubrirá de inmediato que el único modo de sobrevivir es combatir el fuego con fuego."




Mi opinión:

Debo reconocer que nada más leer las primeras frases del libro la lectura me ha enganchado de una manera extraña. El primer capítulo nos introduce en la clase de literatura, y ya con eso me gana nada más empezar. Están estudiando el libro "L´etranger" (El extranjero) de Albert Camus, y nos sumerge ya en lo que significa para Gwendolin ser extranjera en EEUU, tanto en lo que supone cuando vas por las calles corriendo por miedo a que te ataquen como cuando está en el instituto y sufre de acoso escolar.

Aunque el libro es un thriller juvenil, y por lo tanto trata sobre la persecución de Gwen por parte de los que se supone que trabajan con su padre cuando éste desaparece, a mi me gusta más encontrar otros temas periféricos a la trama principal, como podrían ser el acoso escolar obullying (tan debatido últimamente gracias a la serie Por 13 razones y el libro del mismo título), el odio de clase(claramente reflejado en el instituto donde la mayoría de estudiantes son ricos frente a una minoría del 5% que son personas más pobres que deben buscarse la vida para pagarse los estudios, como el caso de Gwen y normalmente alumnos extranjeros), el capitalismo, las clases sociales...

"La cuestión es la siguiente: el noventa y cinco por ciento de este centro está compuesto por chavales que son muy ricos y muy blancos. El cinco por ciento que no lo es está aquí, o bien porque tiene una beca, o bien porque sus padres trabajan en la ONU. A los demás no les gustamos los del cinco por ciento, como nos llaman, pero ayudamos a personas como la señora Wasserman a aparentar que la Academia Danton no es una fábrica de cerdos elitistas."

También se toca el tema de la pérdida de un ser querido, pues la madre de Gwen muere de forma muy violenta en el país de donde ella viene, Argelia. Ese comienzo ya nos mete de lleno en la crueldad de la realidad, de ahí el título del libro "The Cruelty":

"Catorce puñaladas en el pecho y el cuello. Es la causa oficial de muerte de mi madre. Eso es lo que dice el informe de la autopsia y eso es lo que me dijo mi padre cuando tuve la edad suficiente para preguntárselo. (...) Pero hubo algo más, claro. Algo que le ocurrió después de que la sacaran del coche a rastras y antes de que la apuñalaran."





Esa realidad y ese pasado es el que nos ayuda a entender cómo se siente Gwen día a día en el instituto, de otra manera lo leeríamos y no podríamos ponernos en su piel, quizá lo veríamos todo de forma superficial. Pero gracias a lo descriptivo del libro nos podemos hacer una pequeña idea de sus sentimientos y el porqué de su gusto por los deportes, donde se refugia para huir de esos recuerdos:

"Ansiaba esos breves instantes que pasaba en el aire, esos instantes en los que burlaba la gravedad, esa droga llamada libertad. ¿Y qué si el  colocón de no tener que pensar en nada duraba solo una décima de segundo?¿Y qué si los acosadores escolares, la soledad y los recuerdos estaban esperándome en el suelo? Siempre podría regresar a la barra de equilibrios.

Todo ese ambiente junto con las mentiras que Gwen cree que ha estado contándole su padre durante toda su vida, hacen que cojamos el libro de un modo muy intenso y no lo queramos soltar hasta saber el porqué, el motivo de la desaparición de su padre pero sobretodo ese pasado lleno de mentiras que la han rodeado siempre y que ella empezará a descubrir.

Como no podía ser de otra manera, la novela nos introduce también en el mundillo de la delincuencia y de la hipocresía de los estados y sus servicios de inteligencia, con una crítica específica hacia la CIA de EEUU. 


Todo un cóctel de temas, mezclados y preparados para servir. Una lectura adictiva donde las haya. Si dispones de un día o dos, aprovecha para leerlo porque no lo vas a soltar. 

Y por si fuera poco y para los amantes del romance, la historia amorosa entre líneas de Gwen y Terrance, una parte que a mí me ha gustado mucho, en especial la escena del jardín. 


Puntuación: 5/5








#sorteothecruelty en Twitter


El ruido de la guerra, Iria M. Mirás

Fan total, A.V. Geiger

$
0
0





Publicación: 4 de julio de 2017



#ObsesionadaConEricThorn 

Cuando Tessa lanzó el hashtag, no imaginaba que su ídolo prestaría la menor atención… Pero sí lo hizo.

Eric está descubriendo el lado amargo de la fama: las exigencias de la discográfica, la persecución de la prensa, la presión de las redes sociales. Harto de las admiradoras que le acorralan, decide utilizar un perfil falso para boicotear a sus fans, y en especial a Tessa.

Pero nada sale como esperaba, y su relación con Tessa se complica. Los sentimientos empiezan a aflorar y conocerse en persona es el siguiente paso. Pero ella también tiene aspectos de su vida que está intentando superar… y que pueden poner en peligro a cualquiera que se le acerque.


Oscuros. El retorno de los caídos, Lauren Kate

$
0
0




Publicación: 17 junio 2017

Toda historia tiene su lado oculto y el protagonista de ésta es Cam, el adorable y perturbador villano de la serie Oscuros.
El cielo es estar con quien amas; el infierno, que te alejen para siempre de su lado.
La nueva novela de la autora bestseller de The New York Times.

Cam sabe lo que es ser castigado. Ningún ángel ha descendido al Infierno tantas veces como él, y la nueva condena que está viviendo es regresar a la preparatoria y ser compañero de clases de Lilith, la joven de la que siempre se enamora y quien está purgando una condena por sus pecados.
Para salvarla, Cam hace una apuesta con Lucifer: tiene quince días para hacer que la chica se enamore de él una vez más. Si lo consigue, Lilith será admitida de nuevo en el mundo y podrá vivir feliz al lado de Cam. Si falla, Cam será enviado a un lugar muy exclusivo del Infierno, diseñado especialmente por Lucifer. El tiempo se agota.

Elegida por la luna, P.C. Cast

$
0
0




Publicación: 15 junio 2017

En un mundo tan lleno de magia como de peligro y crueldad, Mari deberá enfrentarse a su verdadero ser, aceptar su poder y embarcarse en un viaje para salvar a su pueblo.
Pero ¿está preparada para afrontar su destino?

Elegida para aceptar quién es,
elegida para seguir su destino,
elegida para cambiar el mundo.

Mari vive al margen de su identidad desde hace mucho tiempo, pero una oscura criatura ha aparecido para destrozarle la vida a ella y a cuantos la rodean. Mari deberá liberar su poder y descubrir quién es en realidad, aceptando así su otro yo y emprendiendo el camino para salvar el mundo.
En su viaje se encontrará con Nik, hijo de un clan enemigo, que le hará sentir cosas que nunca antes había sentido...
La oscuridad se cierne sobre este nuevo universo creado por P.C. Cast. Es más fuerte y devastadora que nunca. ¿Serán Mari y Nik capaces de combatirla?

Adéntrate en una historia épica cargada de fantasía y amor de la mano de la autora de Marcada, P.C. Cast.


Una semana de siete lunes, Jessica Brody

$
0
0






Publicación: 15 junio 2017



SI TUVIESES LA OPORTUNIDAD DE EMPEZAR DE CERO, ¿LA APROVECHARÍAS?

Los viajes en el tiempo están más de moda que nunca y Jessica Brody da un giro novedoso a un tema apasionante. Amor y humor con un toque sobrenatural y una perfecta lectura de verano: sorprendente, rápida, hilarante y emotiva.

Viewing all 1149 articles
Browse latest View live